
Qué es el jiu jitsu
Cuando escuchas “jiu-jitsu”, quizá te venga a la cabeza algo parecido al judo o a una pelea de MMA en el suelo. Y no vas mal encaminado, pero la realidad es que el jiu-jitsu es mucho más que eso. Es una disciplina completa, tanto física como mental, que enseña cómo controlar a un oponente usando técnica, estrategia y conocimiento del cuerpo. No hace falta ser grande ni fuerte: lo que importa es saber qué hacer y cuándo hacerlo.
Un poco de contexto: de Japón a Brasil
El jiu-jitsu tiene raíces en las artes marciales japonesas tradicionales, como el jūjutsu que practicaban los antiguos samuráis para defenderse cuando estaban sin armas. Pero lo que hoy conocemos como Brazilian Jiu-Jitsu (BJJ) nació en el siglo XX, cuando un judoca japonés, Mitsuyo Maeda, viajó a Brasil y empezó a enseñar estas técnicas a algunos brasileños, entre ellos Carlos Gracie.
Carlos y su hermano Hélio, especialmente este último, adaptaron el arte a sus necesidades. Hélio no tenía un cuerpo fuerte ni corpulento, así que se centró en cómo aplicar las técnicas usando apalancamiento, control y movimientos eficientes, en lugar de fuerza. Así nació el jiu-jitsu brasileño, una evolución que pone el foco en la lucha en el suelo y en el uso inteligente del cuerpo.
¿En qué se diferencia de otras artes marciales?
Lo primero que hay que entender es que en jiu-jitsu no hay golpes. No es un arte marcial de puñetazos o patadas, sino de agarres, derribos, control del cuerpo y sumisiones. Y esto cambia completamente la forma de entrenar y competir.
Aquí se busca llevar al oponente al suelo, ganar una posición dominante, y desde ahí aplicar una sumisión: un estrangulamiento o una palanca que obliga al otro a rendirse. Es como un ajedrez físico, donde cada movimiento tiene una respuesta, y cada error puede costarte caro. Por eso, más que un deporte de fuerza, es un arte de estrategia.
Lo que se aprende en el tatami
En una clase de jiu-jitsu se trabaja con varios componentes. Primero, posiciones básicas: guardia (donde estás debajo pero no indefenso), montada (encima del rival), control lateral, espalda… Luego vienen las técnicas para avanzar de una posición a otra, controlar al oponente y aplicar sumisiones. También se enseñan defensas, contraataques y cómo escapar de situaciones difíciles.
Después de la parte técnica, lo habitual es hacer un poco de sparring, lo que en jiu-jitsu se llama rolling. Es una lucha real pero controlada, donde cada uno aplica lo aprendido con resistencia activa. Aquí es donde de verdad se consolidan las habilidades: con práctica, errores y pequeños triunfos.
¿Qué beneficios tiene?
La lista es larga. A nivel físico, el jiu-jitsu mejora la fuerza funcional, la resistencia cardiovascular, la movilidad y la coordinación. No se trata de desarrollar músculos por estética, sino de fortalecer el cuerpo para que funcione como un sistema eficiente. También es excelente para perder grasa y mantenerse en forma de manera entretenida.
Pero donde el jiu-jitsu brilla de verdad es en el plano mental. Al entrenar, tienes que estar completamente presente: si te despistas, te pasan por encima. Eso hace que desconectes del estrés, de los problemas y de cualquier ruido mental. También te obliga a ser humilde: siempre habrá alguien que sepa más que tú, y en el tatami no hay espacio para el ego.
Además, es un gran sistema de defensa personal. Saber controlar a alguien sin necesidad de golpearlo te da una ventaja enorme si alguna vez tienes que enfrentarte a una situación real. No es casualidad que muchos cuerpos de seguridad y defensa lo incluyan en sus entrenamientos.
¿Con o sin gi?
En jiu-jitsu existen dos modalidades principales: con gi (el kimono tradicional) y no-gi (con ropa deportiva ajustada, tipo licra o rashguard). Ambas tienen sus particularidades.
Con gi puedes agarrar la ropa del oponente, lo que permite un juego más pausado, técnico y estratégico. En cambio, sin gi el ritmo es más rápido, y los agarres se hacen solo con el cuerpo. Lo ideal es entrenar ambas, ya que desarrollan habilidades complementarias.
El sistema de cinturones
El progreso en jiu-jitsu se mide con cinturones, pero aquí las cosas van despacio. El camino va del cinturón blanco al azul, púrpura, marrón y negro. Cada etapa puede durar años, y no solo se evalúa la técnica, sino también la actitud, la constancia y la capacidad de compartir lo aprendido.
En niños, los cinturones tienen otros colores (gris, amarillo, naranja, verde), adaptados a su edad y desarrollo.
¿Es para todo el mundo?
Totalmente. El jiu-jitsu lo puede practicar cualquier persona, sin importar la edad, el sexo o la condición física. De hecho, muchas personas que llegan pensando “esto no es para mí” se sorprenden de lo rápido que progresan y del ambiente positivo que se respira en las academias. Hay un fuerte sentido de comunidad: todos aprenden de todos y se ayudan mutuamente a mejorar.
¿Y si nunca he hecho deporte?
No pasa nada. Mucha gente empieza desde cero. Lo único que necesitas es ropa cómoda, ganas de aprender y algo de paciencia. Al principio te parecerá que no entiendes nada (como en cualquier cosa nueva), pero poco a poco las piezas empiezan a encajar. Y cuando lo hacen, engancha.
¿Por qué engancha tanto?
Porque combina muchas cosas que resultan adictivas: mejora física visible, progreso personal, resolución de problemas en tiempo real y un entorno en el que siempre hay algo nuevo que aprender. Además, tiene ese componente de “reto” que motiva a superarte cada día.
Y lo mejor es que no se trata solo de ser el más fuerte, sino el más técnico, el más inteligente en tus decisiones sobre el tatami. Puedes llevar años entrenando y seguir encontrando matices nuevos en técnicas que creías dominadas.
En resumen
El jiu-jitsu es un arte marcial basado en la técnica, la estrategia y el control. No necesitas ser fuerte ni agresivo: necesitas ser constante, observar, practicar y adaptarte. Es un sistema eficaz de defensa personal, una disciplina física completa y una herramienta poderosa para el crecimiento mental.
Si buscas un deporte que te rete, te mantenga en forma y te dé herramientas útiles para la vida real, el jiu-jitsu puede que sea justo lo que necesitas.